Investigadores de la Universidad La Salle México estudian moléculas para inhibir el coronavirus
Dra. Adriana Rojas León
Universidad La Salle México
En apoyo al combate contra el SARS-CoV-2, investigadores lasallistas desarrollaron un proyecto para estudiar y evaluar moléculas que ayuden a inhibir al virus causante de COVID-19, así como a otras proteínas responsables de las complicaciones que producen la muerte en pacientes con esta enfermedad.
Los doctores Marco Antonio Loza Mejía y Juan Rodrigo Salazar, investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas, se encuentran al frente del Grupo de Investigación, Desarrollo e innovación (GIDi) en diseño, aislamiento y síntesis de moléculas bioactivas. En este grupo también participan los estudiantes Melissa Bravo, Oscar Córdoba, Odette Gamboa, Matilda Martínez, Antonio Mojica, Paola Gómez Ramírez y Guillermo Sánchez, estudiantes de la licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo, quienes prestan su servicio social.
A través de métodos computacionales, los lasallistas investigan la capacidad de compuestos de origen natural y sintético para inhibir ciertas proteínas que son importantes para el ciclo del virus.
¿Cuál sería su aplicación a la hora de tratar el COVID-19?
Por un lado, al encontrar estos compuestos atacarían a las enzimas que forman parte del ciclo del virus; eso evitaría su propagación en el organismo. Por otra parte, ya que las complicaciones de la enfermedad están relacionadas con la respuesta inmune (que en su intento por eliminar al virus termina lesionando los tejidos y esto empeora el cuadro clínico del paciente), se podrían bloquear las enzimas específicas causantes del empeoramiento del paciente, sin afectar al resto de las defensas del cuerpo.
Una vez identificadas estas moléculas podrán iniciar actividades orientadas a su obtención en el laboratorio y su evaluación biológica. Al ser moléculas nuevas tendrían que pasar por un proceso de evaluación clínica que puede tomar años. Pero la evidencia aportada puede ayudar a que se identifiquen compuestos similares que ya estén aprobados y que se puedan utilizar más pronto. Esto se llama reposicionamiento de fármacos; a grandes rasgos, consiste en hallar nuevas aplicaciones para medicamentos aprobados. Un ejemplo es la aspirina que se usa como antiinflamatorio pero ahora también como auxiliar para evitar la formación de coágulos.
La importancia de buscar una nueva molécula
Aunque la búsqueda de una vacuna ha tomado gran atención por parte de la prensa internacional, es necesario contar con tratamientos para personas que ya presentan el padecimiento.
Una gran ventaja de encontrar y obtener estas nuevas moléculas, aunque tarden años, es que con ellas aumentarían las opciones terapéuticas para enfermedades similares que pudieran aparecer en el futuro. Recordemos que en menos de 20 años, los coronavirus han sido responsables de enfermedades como SARS, MERS y COVID.
También participan en la convocatoria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para atender la emergencia de COVID-19 con un grupo del IMSS; trabajan con la evaluación de moléculas que pudieran evitar el daño al tejido pulmonar que es una de las complicaciones del virus.
El trabajo de este grupo de investigación se basa en el diseño y evaluación por métodos computacionales de moléculas que puedan ser después sintetizadas en el laboratorio y comprobar sus efectos farmacológicos. Esta estrategia les ha permitido identificar moléculas con actividad antiinflamatoria, pesticida, antimicrobiana y antihipertensiva.